Este artículo va dedicado a los verdaderos amantes del café y a los que quieren ir más allá, al quiz de la cuestión y a los motivos por los que adoran esta bebida milenaria.
Vamos a sumergirnos en el asunto del genoma del café, en busca de sus orígenes en el comienzo de la vida, en la sopa primordial que dio lugar a todo lo que nos rodea.
Te sorprenderá saber en primer lugar, que el cafeto, la planta de la que salen los granitos de café no está emparentado con ninguna otra planta conocida de forma cercana. Sus parientes más próximos, aunque son como primos lejanos, son la planta del cacao o las vides. Las enzimas del café van por libre y no tienen nada que ver con la teína o la guaranina.
A lo largo de la evolución, los genes del café se han duplicado de forma selectiva y convierten al cafeto en una rara avis.
A pesar de que los milenios se han ocupado de ir perfeccionando el cafeto de forma natural, en la actualidad y debido a la importancia del café en el comercio internacional, los expertos en genética y botánica están intentando mejorar el genoma del cafeto con entrecruzamientos y modificaciones. Buscan una mejora del aroma y el sabor.
La parte negativa de la aplicación de esta ciencia es que también se buscan mejoras en la maduración del grano, la resistencia a herbicidas y plagas, que no sea una planta atractiva para ciertos insectos. Esto podría provocar cambios graves en el genoma del cafeto y que la planta también perdiera su identidad. A ver si por jugar a ser dioses vamos a perder algo tan excepcional como el café.
¿Qué opinión tenéis vosotros de la modificación genética de animales y plantas en busca de una evolución artificial?