Incluso la gente feliz tiene un mal día en el trabajo. Un frío día de diciembre un mensajero de Tourline Express se puso su mono de trabajo y salió a callejear por Alicante para hacer las entregas del día. Probablemente había tenido un día malo, quién sabe, el caso es que andaba liado buscando una dirección que se le resistía cuando se cruzó sin querer en el camino del youtuber MrGranBomba, un joven de 20 años que se venía divirtiendo desde hacía años grabando las reacciones de la gente ante sus insultos con una cámara oculta.
En el pasado ya le habían avisado… «ten cuidado porque algún día igual te llevas una hostia», incluso un desconocido le había acariciado la cara en un intento de bofetada… Al parecer, no había visto las señales, no se había creído las palabras de aquel al que había llamado papanata, y por eso en diciembre de 2016, se encontró con un repartidor profesional que le hizo bajar de la nube para siempre.
El encuentro casual comenzó con una pregunta inocente acerca de la zona comercial de la ciudad… A continuación, el mensajero, bastante liado en ese momento y con el reloj pisándole los talones, le hace unas breves indicaciones y todo va según lo habitual hasta que el youtuber le llama «caraanchoa«.
El enfado del repartidor es notorio y tras una serie de avisos y al parecer, una hipotética segunda burla por parte de GranBomba, se le acerca y…
Como cuando una tabla de madera se cae contra el suelo, como un tambor en plena rompida de la hora, como un portazo que pone fin a una discusión… un sonoro tortazo le inyecta por fin a GranBomba una gran dosis de humildad.
Tourline Express dijo que no justificaba la violencia en ningún caso, pero que la situación fue anómala y que los mensajeros están muy expuestos, así que no tomará medidas contra el repartidor.
El Youtuber quiere llevarle a juicio, por una bofetada que a la larga va a jugar más a su favor que en su contra. Cuando toda la oleada de linchamiento público y humillaciones haya pasado, cuando el mar esté en calma, MrGranBomba será un hombre más humilde y maduro a la hora de enfrentarse a la vida. En la vida se aprende con tortazos, o eso dicen.