En las empresas grandes no es fácil entrar a trabajar y adaptarse a los compañeros. Cada uno en su cubículo y con estrechar relaciones con los compañeros de toda la vida, cuando entra alguien nuevo, les resulta difícil abrirse a ese nuevo compañero y a veces lo dejan de lado.
Hay que tener en cuenta que no es una situación sencilla. Si entra sustituyendo a alguien le echarán la culpa del despido del anterior compañero, si entra para hacer nuevas tareas muchos pensarán que podían haberles designado esas tareas a ellos, lo verán como un rival, alguien que puede ser competencia de cara a futuros proyectos…
En este artículo vamos a dar una serie de consejos para hacerle la vida más agradable al “nuevo” como nos gustaría que nos pasara a nosotros si algún día nos tocase cambiar de trabajo.
- En primer lugar una buena manera de romper el hielo es acercarse hasta su mesa y darle consejos a la hora de organizarse, de utilizar el programa informático o decirle el truco para hacer funcionar la impresora.
- En el descanso llévatelo contigo a la cafetería más cercana, para que conozca el sitio al que soléis ir a desconectar. Invítale al café.
- Respeta su espacio. Tampoco seas una lapa. Déjale respirar porque si le atosigas pensará que eres el típico que no tiene amigos ni vida social. El exceso de cortesía le hará poner una barrera.
- No critiques a compañeros ni le adviertas sobre comportamientos de los jefes. Deja que él mismo vaya descubriendo cómo son el resto de los compañeros para que se forme una idea subjetiva y sea él el que juzgue.
En resumen, empatizar y ponerse en su lugar, en el de una persona que entra en un ambiente nuevo y desconocido, es la clave para que se adapte bien a su nuevo trabajo.