El café es un bebida productiva. Ese adjetivo, que se aplica a empresas, a personas, a metodologías de trabajo, se puede aplicar también a una bebida que es la principal responsable de que la gente esté despierta desde primera hora de la mañana en sus puestos de trabajo. Esta es uno de los principales motivos por los que el café es la estrella de las bebidas en le mundo de los negocios. Hay un fundamento científico en esta afirmación y es que el café bloquea la adenosina, la sustancia que provoca la somnolencia. Vamos a comentar una serie de aspectos que hacen que el café tenga un nombre en el sector empresarial.
Los aromas, la experiencia que rodea al café, también se han convertido en un mito. El café ha traspasado las fronteras físicas de la taza y es ahora una cultura en si misma.
El café también activa las neuronas y mejora la capacidad de procesar información. Sin duda la creatividad se ve estimulada como consecuencia de esto. Se podría decir que un café te hace más listo.
Un café también puede ser el pretexto perfecto para una reunión, una quedada con una persona del mismo sector o con alguien interesado en colaborar con su organización. Durante esa reunión informal, en torno a unas tazas de café, salen a relucir las intenciones de los interlocutores.
Por último, el café se ha vuelto fundamental para las empresas de tamaño grande y mediano, convirtiéndose en un elemento de importancia capital con la sala de descanso. En ese espacio reservado para que los compañeros puedan debatir y comentar cosas personales el café adquiere un protagonismo inusitado. Allí, en torno a la máquina de vending y la cafetera, los empleados hablan de tú a tú a sus superiores y surgen ideas inesperadas y geniales.