Coca Cola es una empresa que destila felicidad por los cuatro costados. Popularmente se conoce a su producto como la chispa de la vida y no es para menos. Desde hace 128 es el producto estrella para millones de personas y se ha distribuido por más de 200 países del mundo. En pocas palabras, se puede resumir en que “ha triunfado” y se debe sin duda a que ha sabido vender algo más que un producto en sí mismo, ha sabido vender “felicidad”.
¿Pero esta felicidad que transmite al exterior, está instaurada en el funcionamiento interno de la empresa? La respuesta obvia es que sí, pero a continuación vamos a desglosar en el artículo cómo lo hace.
En primer lugar, el popular Instituto de la felicidad que se publicita en cada lata funciona también de cara a la propia empresa porque la directiva es consciente de que los empleados que están felices trabajan mejor. A nivel interno, la han definido como una universidad corporativa virtual que se utiliza para poner en común las buenas prácticas y métodos de trabajo con el fin de que se puedan aplicar en todas la delegaciones de la marca.
Los pilares de esta universidad son:
– Liderazgo: se pretende que los valores y estilos de liderazgo sean homogéneos con independencia de cada país.
– Marketing: la formación comercial y relación con los socios embotelladores. Reuniones periódicas para tratar los puntos fuertes de cada uno de los trabajadores.
Por otro lado está el programa Life&Coke, que busca que se permita el teletrabajo, cediendo un portátil a cada empleado, horarios flexibles de entrada por la mañana e incluso un “banco de tiempo” que es un proveedor de servicios que el trabajador puede emplear para hacer una copia de llaves, comprar algún libro para los niños.
Como vemos, son muchas la medidas que Coca Cola utiliza para que sus trabajadores estén felices en su puesto de trabajo. Eso se transmite en el funcionamiento de la empresa y en el producto. Por último, el cliente es el principal beneficiado.