No nos hemos cansado nunca de decírtelo: el café, en un buen recipiente, sabe mucho mejor. Te lo hemos dicho en anteriores artículos: donde está Eboca, «Vuelven los 80′» o nos mola el arte . Y hoy, desde Eboca, nos complace hacerte saber que… ¡Es verdad! Un estudio de la Universidad de Oxford ha confirmado que el recipiente influye mucho en el sabor del café.
Y claro, después de haberlo repetido tanto, ¿cómo no íbamos a hacernos eco de esta noticia? Y es que el doctor Andy Woods explica que el sabor del café cambia depende de si lo tomas en vaso, en taza o en un cuenco maya.
Este estudio se realizó con más de cien voluntarios, pidiéndose clasificar las tazas en función del olor, amargor, intensidad y dulzor. También se les pidió que clasificaran la temperatura, si lo notaban energizante o agradable y cuánto estarían dispuestos a pagar.
Si sueles tomar el café en una taza con un diámetro un poco más ancho, tendrá un sabor más dulce. Mientras que si lo bebes en una taza más pequeña, el sabor será más amargo.
Todos tenemos unas perspectivas diferentes. Normalmente creemos que la proporción de café respecto a la leche, en tazas más pequeñas, sea mayor de lo esperado con respecto a la proporción en tazas más largas.
Creemos que el café en taza va admitir menor cantidad de leche, por lo que creemos que será más amargo. Sin embargo, en un vaso largo o una taza más grande, da la sensación de que podrá haber mayor cantidad de leche y, por tanto, restar amargor.
Además de esto, hay otra cosa que hace que cambie el sabor. Agarrar la taza con las manos, aspirar ese aroma a recién hecho. Beberlo bien caliente. Esto hace que percibamos un cambio en el sabor.
Prueba a hacer esto con un vaso, la imagen no queda tan de postureo, ¿verdad?