En las entrevistas de trabajo el entrevistador puede sorprender al aspirante con preguntas muy extrañas e inesperadas, cómo cuántas cabezas de ganado vacuno hay en un país o cuántas palas de nieve se venden en cada temporada de invierno. En su momento ya dedicamos un artículo al respecto en este blog, pero hoy vamos a adentrarnos en el lado oscuro, en aquellas preguntas que jamás deberían hacerte en una entrevista de trabajo, sea la empresa que sea.
Básicamente el lado oscuro se traspasa cuando las preguntas van directas a la intimidad de la persona, a su vida privada, a sus ideales o creencias.
En primer lugar, hay que comenzar con la pregunta a las mujeres sobre si se está planteando tener hijos. Es la pregunta tópico por excelencia, ya que el entrevistador puede descartar así a una candidata en previsión de una baja maternal que no es buena para los beneficios de la empresa.
La pregunta acerca del estado civil también es muy habitual y tiene como fin situar a la persona, cuál es su entorno familiar y prevenir posibles planes de futuro.
En algunos casos, con preguntas acerca de la nacionalidad o creencia religiosa, o incluso sobre ideología política se puede llegar a demandar a la empresa por discriminación laboral por motivos de raza, opinión o religiosos.
Este tipo de preguntas no deberían ser formuladas y aunque cada es muy libre de decidir si las responde o no, es importante saber que estamos en nuestro derecho de excusarnos con una frase tajante: «no creo que esta información sea necesaria para desempeñar mi puesto de trabajo».
Como todos conocemos las preguntas impertinentes en las entrevistas de trabajo os dejamos con dos fragmentos de películas en las que hay preguntas curiosas e inesperadas: Los becarios e Intocable