Ya ha pasado el 40 de mayo y cómo bien dicen, hay que quitarse el sayo porque el calor ha venido para quedarse. Por eso, ahora que las temperaturas empiezan a apretar, vamos a hablaros de nuestro almacén de Huesca, en donde el almacén de conservación de alimentos es un factor diferencial que garantiza la frescura de todos nuestros productos.
En primer lugar, debemos explicar que en un almacén industrial, las temperaturas alcanzadas bajo los techos de metal suelen ser muy elevadas. Nosotros utilizamos esta parte de la nave para los puntos de reciclaje, las piezas de recambio de las máquinas y nuestras furgonetas de reparto.
Dentro de este caparazón exterior se ubica otro almacén más reducido, con su techo independiente y puertas de acceso de apertura automática en el que se conservan todos los productos alimenticios, incluidas las bebidas azucaradas y el agua embotellada. De esta manera os podemos asegurar que no tenemos ni un solo producto expuesto a ese calor que hemos citado líneas arriba.
Además, dentro de este almacén, hay otros 3 sub almacenes: uno para el café, con una temperatura perfecta para la preservación de la frescura de los granos. Otro más refrigerado para los alimentos de nuestras máquinas de vending y finalmente la potente cámara frigorífica con varios grados bajo cero para conservar los productos más delicados y que necesitan más frío para su óptimo almacenamiento.
Así pues, tras preparar los envíos de manera personalizada, un toro mecánico lleva la carga desde este almacén hasta las furgonetas, evitando al máximo la exposición a las altas temperaturas
Esta es nuestra manera de hacer las cosas y nos gusta que el cliente sepa que nuestros productos llegan en las mejores condiciones posibles a sus manos.