Uno de los procesos fundamentales durante la conversión de los granos del café en aptos para el consumo es el proceso de tueste.
Una vez los granos son recolectados del cafeto, árbol que explicaremos próximamente, se les quita la pulpa de color rojizo y se secan al sol. Hasta ese momento a los citados granos se les conoce como café verde.
El siguiente paso es ya el tueste y se realiza a temperaturas que rondan los 200 grados. El tostador hace que los granos estén continuamente rotando para conseguir un resultado lo más homogéneo posible.
Durante todo este proceso varios expertos en el proceso de tostado vigilan el estado de los granos para retirarlos en el momento oportuno evitando que se quemen o que se tuesten más de lo previsto. De hecho hay varios tipos de tostado, que van desde el tostado claro al tostado espresso. De hecho, el tueste claro tan solo requiere poco más de 5 minutos y el resultado son unos granos con gran concentración de cafeína y un café aromático.
En el espresso, se maximiza la dulzura y se reduce la acidez del café. Entre ambos extremos se sitúa el tueste oscuro, que requiere cerca de 15 minutos dentro del tostador.
Finalmente, todo termina alejando el café de la fuente de calor para que se enfríe a temperatura ambiente.
En definitiva, toda una ciencia dentro de la producción del café y una fase que puede arruinar el resultado final si no se realiza con la máxima dedicación y precisión.