El Feng shui es, según la traducción literal del chino al castellano, viento y agua. Es una corriente oriental relativa a la ocupación del espacio, entremezclando dos dimensiones: la visible y física, y una dimensión secundaria escondida, invisible e implica la distribución de las puertas y ventanas, el mobiliario, la cama o la dirección en la que dormir.
En sus comienzos era una tendencia de emperadores y reyes de la antigua China. En la última parte del siglo XX se ha popularizado en Occidente.
Ahora la última moda es el feng shui en la oficina, que para muchas personas es un lugar en el que pasan gran parte de su vida. 40 horas a la semana para ser más exactos.
En Ebocame os contamos hoy los secretos y consejos del Feng shui en la oficina, que son ya una aplicación muy habitual en metrópolis como Shanghái, Hong Kong o Pekín.
La principal finalidad de la aplicación de esta arcaica disciplina es el aumento de la armonía del lugar de trabajo, lo que desemboca en un incremento de la pasión del personal y se traduce en ganancias para la empresa.
Para empezar, hay que decir que cada oficina se distribuye de diferente manera si la persona necesita transmitir autoridad o pensar de forma creativa, si tiene que dar órdenes o por el contrario hacer introspección. En el primer caso es fundamental colocar el escritorio de cara a la puerta de acceso en la esquina más alejada. Para refrendar tu autoridad también sería interesante distribuir los diplomas y méritos por la pared que se levanta a tus espaldas.
En cambio, si se busca la inspiración es bueno colocar el escritorio frente a una ventana con buenas vistas además de buscar la orientación conforme a los puntos cardinales que mejor se adapten a tus objetivos. En este esquema os dejamos los conceptos asociados a cada punto cardinal.