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Este año, el anuncio de Lotería de Navidad ha dado mucho que pensar a los españoles e incluso ha despertado ese impulso por comprar boletos en todos los lugares posibles… En el equipo de fútbol del hijo, en el colegio, por supuesto en el bar, en la asociación, en el club de pádel… y en el trabajo… porque… ¿quién es el listo que se atreve a dejar de comprar un décimo que han comprado el resto de compañeros?

Estamos exponiendo un tópico, pero esto sucede de vez en cuando, como al señor del anuncio y sería una difícil prueba llegar el día 23 al trabajo, martes, siendo el único pringado que no compro el dichoso número ganador.

Si se diese ese caso, os damos una serie de instrucciones para superar el trance.

  • Pide un día de asuntos propios y ningún jefe te lo discutirá: el comodín del notario; y quizás hasta se rumoreé entre la plantilla que a ti también te ha tocado
  • Invierte 20 euros en una start-up alocada y quizás el karma te devuelva la jugada en el futuro.
  • Si te quedan vacaciones, cógete días hasta después de navidades y viaja a Nepal con algunos ahorros, allí importan más las sonrisas que él dinero.
  • Si a pesar de todo tienes que volver al trabajo para cerrar algunos asuntos, lleva una botella de champán y prepárate para conseguir un Oscar por tu papel en la película “No me importa”

Crucemos los dedos y que los bombos repartan.

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