La sala de descanso es un punto neurálgico en cualquier empresa, aunque pocas empresas son conscientes de ello. Ese momento del café es cuando los trabajadores interactúan entre sí, se relajan, comparten ideas y se desarrolla la creatividad. Por eso, una sala de descanso debe plantearse como una inversión y no como un gasto. Una inversión en trabajadores que rinden más y que interactúan más entre sí, compartiendo conocimientos, ideas, experiencias y proyectos.
Algún día hablaremos de Steve Jobs como un ejemplo de pasión por el trabajo pero hoy vamos a centrarnos en una de sus brillantes ideas que tenía como finalidad que las ideas fluyeran de forma natural en sus empresas.
El gurú de Apple aplicó en la empresa de la manzana, en Next y en Pixar un innovador método para fomentar y facilitar la interacción entre los distintos empleados de la plantilla. Desde el sector de comunicación, a ingeniería, pasando por administración y finanzas. Las sedes principales de sus corporaciones tenían un patio en el centro, que se convertía lugar de paso necesario para todos los trabajadores. De esta manera, las distintas personas de la empresa se iban encontrando de manera fortuita y aleatoria en esta sala de reuniones informal e improvisada, lo que servía para intercambiar opiniones, experiencias e ideas.
Si en tu organización no dispones de un jardín central, quizás la sala de descanso en la zona central de la sede podría pasar a ser un excelente punto neurálgico de la empresa. Allí terminarían entablando conversaciones todos los miembros de la plantilla, y entre sorbo y sorbo de café, en auténticas charlas casuales, saldrían ideas o soluciones a problemas para la empresa.
Uno de los hombres más exitosos del siglo XX lo aplicó en sus empresas y aunque esta decisión no fue el único impulso de sus empresas, seguro que aportó su granito de arena. La sala de descanso fomenta la creatividad y es una fuente de inspiración que garantiza soluciones sorprendentes a los problemas y transmite sensación de libertad a los interlocutores, que expresan libremente sus ideas al estar lejos de la sala de reuniones o del despacho.
A partir de ahora, fomenta las conversaciones informales; relajan la mente de los empleados, aumentan su felicidad y sobre todo, fomentan la colaboración y la asociación de ideas entre personas del mismo equipo e incluso entre personas de diferentes departamentos.