Guía de especies nocivas en el trabajo. Los villanos del Capitán Cafeína (parte 2)

Hacer una guía de especies nocivas en el trabajo no es sencillo, pero estamos convencidos de que podremos lograrlo. Comenzamos la semana alertando sobre los enemigos del Capitán Cafeína, que parecen hacerse más visibles los lunes. Hace unos días, ya os comentamos cómo detectar a Miss Termostato, al Enterrador y al temido Rajador Esquinero. Hoy seguimos analizando personajes tóxicos de las empresas y comenzamos con Cenizo García. Los dibujos son de Fran Yil.

• Cenizo García es como su propio nombre indica, el cenizo de la empresa. Siempre pesimista, intenta contagiar a los demás su negativa visión de la vida. Todo está amañado, no hay futuro, piensan que siempre hay segundas intenciones y se sienten incapaces de hacer nada interesante, y por lo tanto intentan convencer a los de su entorno de que ellos tampoco podrán cumplir sus sueños o ser felices. Terminamos con una metáfora que nos sirve para ilustrarlo mejor. ¿Para que voy a adoptar a un perro si dentro de unos años se morirá y lo pasaré fatal?

• Le ha llegado el turno al Comandante escarcha.  Dentro de las especies nocivas en el trabajo, es un estereotipo que podría definirse como apático e indolente. Vive sentado en su silla desde que comienza la jornada hasta el final de la tarde pero nadie sabe las cosas que hace. Si alguna vez le pides ayuda con un proyecto tardará tanto en hacer su parte que conseguirá que olvides  a quién le encomendaste esa tarea. Otras veces, Escarcha espera agazapado detrás de la mesa con la tarea en la cabeza y cuando pasan los días y cree que ya no es necesaria te dice que pronto se pondrá con ello. En ese momento espera que tú le respondas, ya no me hace falta, gracias. Cuidado con este pájaro.

• Terminamos con el villano más alto de la pirámide, el Empresario llorón. Este señor siempre está diciendo que las ventas son catastróficas, que el balance es desastroso y que quizás tenga que echar el cierre muy pronto despidiendo a todos los trabajadores. El problema es la falta de coherencia, porque lleva un Rolex recién comprado, corbatas de la nueva temporada de Hermes, esquía en St. Moritz en invierno y en el resort del Portillo en verano y come todos los días el menú degustación del restaurante gourmet. Cada mañana presiona a los comerciales con alarmantes cifras y luego se marcha sonriendo desde su nuevo Serie 7.