Hace un par de semanas hablamos de Walt Disney y de su pasión por el trabajo y como tuvo buena acogida en los lectores, dio comienzo a una serie que iremos publicando periódicamente sobre personajes de la historia que destacaron por su entrega y amor al trabajo, por pensar diferente o por sus innovaciones. Aspectos que se relacionan con la filosofía de Eboca.
Hoy llega el turno para Nikola Tesla, un excéntrico inventor que, si bien no es tan conocido como Thomas Alva Edison, inventor de la bombilla, es el responsable de la corriente alterna, la que trae la electricidad hasta nuestras casas y hace que las bombillas iluminen su filamento de tungsteno. De esta manera, podemos asegurar que todos los objetos eléctricos de nuestro hogar existen gracias a su ingenio y pensamiento.
Pero al margen de larga lista de inventos entre los que destacan el fluorescente, el motor de inducción o el control remoto, lo que nos llama poderosamente la atención fue las novedosas formas de demostrar sus inventos y que hizo que muchos necios le calificaran como una persona alocada y un hechicero. Por ejemplo, es muy conocida la foto en la que el genial inventor austrohúngaro está leyendo plácidamente un libro sentado al lado de su bobina, de la que se desprenden un sinfín de rayos eléctricos. Al margen del peligro… como si estuviera en otra dimensión.
Tesla fue un gran genio, pero la humanidad le condenó al ostracismo. Un adelantado a su tiempo. Hoy le agradecemos su legado cada vez que pulsamos un interruptor.