Son muchas las empresas que valoran más las habilidades y competencias de un candidato que sus títulos y diplomas. Una de las competencias más solicitadas por las empresas es la de trabajar bajo presión. De hecho, es muy probable que en una entrevista de trabajo te pregunten sobre esta habilidad.
Cuando los entrevistadores hacen esta pregunta, muchas personas afirman tenerla, aunque sepan que no cuentan con ella. Esto puede llegar a producirnos problemas de salud.
Una persona que suela trabajar bajo presión debe saber que tiene que llevar una serie de buenos hábitos. Estos hábitos harán que la presión del trabajo tenga efectos menos perjudiciales sobre la salud del trabajador:
- Debe dormir un mínimo de 7/8 horas diarias para garantizar un buen descanso.
- Debe llevar una buena alimentación, una dieta equilibrada.
- Debe realizar deporte para mantenerse en forma. Además, el deporte ayuda a desconectar.
No todo el mundo tiene esta habilidad. Por ello, si no tienes esta habilidad entre tus competencias profesionales, nosotros te vamos a dar las claves para que puedas trabajar bajo presión.
Claves para saber trabajar bajo presión:
- Planificar todo el trabajo. Cuando tienes mucho trabajo que hacer y poco tiempo, el agobio puede adueñarse de tu persona. Hay que desglosar cada una de las acciones de cada proyecto a entregar. Sólo así realizarlas será más fácil y rápido.
- Organizar las tareas. Una buena costumbre es apuntar en papel todo lo que hay que hacer de forma ordenada. De esta forma lograremos olvidarnos de todo lo demás y centrarnos en lo que estamos haciendo, así seremos más eficientes.
- Priorizar. Hay evaluar qué es lo importante y comenzar por ello. Esto hará que nos deshagamos antes de tareas que corren prisa y así estar más desahogados.
- Delegar. Si uno mismo no puede con todo, debe pedir ayuda a los compañeros. Lo más probable es que ellos colaboren y la presión desaparecerá.
Hay que destacar que, cuando la presión en el trabajo se convierte en estrés laboral, no es una competencia profesional. En muchos casos, el trabajo bajo presión puede desencadenar problemas como depresión o ansiedad.