Los japoneses son diferentes al resto del mundo. Eso es un hecho contrastado por diferentes motivos: los otakus, las huelgas laborales que implican trabajan más y más duro para fastidiar a la empresa con un atasco de producción, los restaurantes en los que se sirve sushi sobre cuerpos de mujeres, el sushi en sí, los minipisos de Tokio estilo colmena…
Pues ahora han ido un paso más allá y es que han creado los cafés con buhos, para que sean acariciados por los clientes. La idea no es que sea muy innovadora ya que en su momento ya se abrieron cafés con gatos para que los acariciaran los clientes, sin embargo los gatos son animales domésticos y los buhos son animales salvajes que no están en contacto o no solían estar en contacto con seres humanos.
Los inventores de esta «brillante» idea, encadenan a los buhos y dejan que los clientes les acaricien el lomo. El animal suponemos que detestará las caricias de un mamífero, pero no solo eso, sino que los buhos y las lechuzas son animales nocturnos y que son muy sensibles tanto a la luz como al sonido, porque cazan por la noche en medio de la oscuridad del bosque.
El bar en cuestión se llama el Pueblo de los Buhos y los animalistas han puesto el grito en el cielo, y con razón. No todo vale para atraer a clientes y servir más cafés. Además, no es un animal banal y elegido al azar, sino que es un ave que tiene mucho tirón en el país del sol naciente porque es un animal que da buena suerte. Los clientes van a ese establecimiento para contagiarse de la buena suerte de los buhos.
En fin, esperamos que la ley se ponga dura con ellos y permitan a esos buhos vivir en libertad.