Los amantes del café tienen su propio método a la hora de hacer su bebida favorita: con sus trucos, sus manías, sus instrumentos.
Hoy vamos a analizas los beneficios y las contras que tienen las distintas formas de hacer el café:
Comenzamos con la prensa francesa: en ella se mezcla el polvo de café molido y el agua y tiene lugar el filtrado cuando se empuja el émbolo que lleva adherida una pequeña tela de metal. Para conseguir el café ideal se recomienda usar polvo grueso de café y un tiempo de infusión no superior a los 2 minutos.
Los pros de este método es que se obtiene un café muy aromático, las contras se dan si el polvo de café traspasa la tela de metal (esto sucede con algún trazo más fino) y que se puede llegar a notar en la boca.
A continuación es el turno de analizare el colador de paño, que es un proceso que destaca por su sencillez. Se coloca el polvo de café en el filtro y a continuación se vierte el agua a través para que la mezcla quedé en un tarro.
Las contras se concentran en que no se puede limpiar completamente el colador. Como beneficio este tipo de preparación extiende un sinfín de aromas por las estancias de nuestra casa.
El colador de papel es el siguiente proceso y tiene como pro que son filtros desechables y por lo tanto más higiénicos. Como inconveniente, el papel puede dejar algo de sabor en la bebida. La forma de evitar o minimizar esto es verter un poco de agua caliente a través del colador de papel antes de poner el polvo del café.
Finalmente terminamos con el método más habitual, el de la cafetera italiana (en la imagen). Este tipo de método nos ofrece un café más fuerte, próximo al expreso, lo cual es un beneficio muy apreciado por los paladares acostumbrados a los sabores amargos e intensos. Como inconveniente, si no se lleva a cabo bien el proceso. Es mejor usar un fuego medio que un fuego alto.