Miedo: la Real Academia Española de la lengua nos ofrece dos definiciones precisas acerca de este concepto que sobrevuela las cabezas de todas las personas.
1. Angustia por un riesgo o daño, ya sean reales o imaginarios.
2. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.
El miedo está presente en nuestras vidas. Existen miedos efímeros y momentáneos, sin mucha importancia; miedos latentes, que están ahí presentes de forma perpetua, aunque en un segundo plano; hay miedos intensos que detienen nuestras vidas y que nos hacen estar semanas o meses sometidos a su dominio… existen muchos tipos de miedo. No hay que penalizarlo siempre, es un instinto de supervivencia y está bien tener algo de temor a ciertas cosas.
El miedo es como una hoguera que te mantiene caliente en invierno, te mantiene con vida, pero si permites que te controle por completo entonces el miedo se convierte en un infierno y te quema.
Todas las clases de miedo tienen un denominador común: un alto porcentaje de ellos se fundamentan en lo desconocido, y por lo tanto, en la pura especulación y la fantasía. Dicho de otro modo, muchos miedos provienen de riesgos imaginarios y son producto de nuestras cavilaciones, tiene su origen en nuestra mente y no se corresponden con la realidad.
El miedo a lo desconocido nos paraliza, nos estanca y nos bloquea. Sus efectos nos impiden cambiar de trabajo, cambiar de ciudad o de pareja. La búsqueda de la seguridad no nos permite realizarnos como seres humanos, ya que siempre estamos sometiendo nuestros sentimientos, deseos y motivaciones al gran dictador llamado miedo. Los cobardes se ponen siempre en lo peor: en una hipótesis pésima que no suele cumplirse y por culpa de esta actitud en la mayoría de ocasiones sufren sin motivo y viven bajo las órdenes de una angustia que les ahoga la existencia.
Suele decirse que los que temen a la vida están ya medio muertos.
Los sentimientos deben regir tus decisiones y llevar las riendas y no se puede permitir que sea el miedo el que elija por ti. Cuando el miedo gobierna, la infelicidad se instala en tu alma.