Se acabaron los empleos inamovibles, en los que una persona se podía pasar dos décadas haciendo lo mismo cada día sin que nada cambiase. Sin necesidad de adaptarse a lo nuevo o a nuevos sistemas de trabajo. Cada día era una copia del día anterior, una copia de lo que sucedió la semana pasada o el año pasado por estas mismas fechas.
Cuando eso acabó de repente, hace ya varios años, muchos de los que no habían tenido necesidad de adaptarse sufrieron de lo lindo para reinventarse, incluso muchos perdieron sus empleos para siempre…
Pues la tendencia es que todo esto va a acelerarse todavía más y que los cambios van a ser más frecuentes e intensos. Por lo que una de las cosas que más se valorará a la hora de contratar o de hacer indefinido a un empleado serán la capacidad de adaptación y la resistencia al cambio.
Startups: estas empresas tecnológicas se diferencian por un potencial de crecimiento desmesurado y estar apoyadas en un producto del sector digital o tecnológico. En ellas no hay tantas reuniones ni jefes supremos. Buscan crear equipos de gente dinámica, que pueda adaptarse y con muchas ganas de aprender.
Medición de rendimiento: ahora el trabajo de los empleados es medido de forma activa, porque ayuda a los directivos a tomar decisiones con una mayor precisión. A recolocar a empleados o a prescindir de ellos, pero también a premiarlos.
Satisfacción del cliente: el NPS se ha instaurado en muchas empresas y ahora los clientes evaluan nuestro trabajo así que más vale dar siempre el 100% cuando desempeñamos nuestro trabajo.
La permanencia en la empresa: la gente ya no suele durar mucho más allá de los 4 años. Se busca cambiar de aires y adquirir nuevas competencias tanto en las tareas como en los sectores. Así se va adquiriendo know how de más gremios y proyectos.